Comunicación Escolar
viernes, 6 de marzo de 2015
miércoles, 4 de marzo de 2015
BIENVENIDA
Te damos la bienvenida a este blog educativo, donde podras encontrar videos, presentaciones, vinculos a revistas, articulos, ensayos, esquemas que representan el tema abordado e información adicional que te muestran la importancia de la Comunicación Educativa, con los cuales podras interactuar para conocer al respecto.
Esperamos sea de tu agrado el material seleccionado para mostrarte.
- El
objetivo primordial del desarrollo de este blog es difundir una visión de la
comunicación como una estrategia de aprendizaje en la educación.
La cual presenta una orientación básica que proporciona información, promueve y facilita el aprendizaje en la comunicación educativa.
USOS Y APROPIACIONES DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN EN LA FORMACIÓN DEL COMUNICADOR SOCIAL, CASO: UNIVERSIDAD VERACRUZANA
Comunicación educativa
La comunicación y la cultura demanda una definición disciplinaria de la Comunicación Educativa como un espacio problemático para el análisis de las representaciones sociales. Pero el modo de pensar esta complejidad ha sido más bien limitada ante el constreñimiento dominante de la mirada informacionista característica del modelo cienficista de investigación de la comunicación y de concepción del conocimiento (Sierra: 2005).
La comunicación educativa ha tomando fuerza desde la década de los ‘60, debido a su identificación como un campo de estudio interdisciplinario que aporta nuevos conocimientos para la explicación de los procesos educativos, superando el esquema clásico al incluir factores socioculturales del contexto en el que se desarrollan dichos procesos educativo-comunicacionales.
El concepto actual de comunicación educativa atribuye al emisor importancia como sujeto de su propia actividad (autoevaluación) y como evaluador de los perceptores (ILCE). Así mismo, reconoce el papel del perceptor como sujeto activo, reflexivo y critico, que también evalúa su propia actividad y posee la capacidad de evaluar al emisor.
La correlación comunicación-educación, en el marco de los procesos que se describen, hace necesario repensar los diversos elementos implicados así como la relación entre cada uno de ellos, de acuerdo con cada situación educativa. Se pueden distinguir diversas acciones insertas en el terreno de la comunicación educativa: la investigación, el diseño, la sistematización, aplicación y evaluación de los factores intervinientes en los procesos de comunicación involucrados en la enseñanza y el aprendizaje, dentro de los sistemas de educación formal y no formal.
Pese a que no existe un acuerdo entre los teóricos para dar una definición consensuada de comunicación educativa, en el ILCE y en particular al interior de la UIME, se entiende a la comunicación educativa como un campo del conocimiento en vías de conformación que, desde los aportes de la teoría de la comunicación y bajo un enfoque interdisciplinario, ayuda a explicar los procesos educativos para, con base en sus principios y procedimientos, proponer opciones que coadyuven a dar solución a las problemáticas educativas y a mejorar dichos procesos en los ámbitos: educativo, comunitario y tecnológico. Para que se dé la comunicación educativa, es necesaria la interacción entre los participantes, que posibilite el intercambio de significados.
Para algunos autores como Sarramona (1988) y Gutiérrez (1974) educar es comunicar y comunicar significa dialogar lo que da lugar a una forma particular de relacionarse, de establecer un intercambio que genera reflexión, crítica y construcción de significados compartidos, a través de una negociación constante entre los participantes. Implica horizontalidad e interacción.
Sobre la comunicación educativa, diremos que la UNESCO dio a conocer este término en 1972, a partir del estudio de Edgar Faure (1972) en el que señala el cambio cultural generado por los medios de comunicación colectiva y los sistemas de información en la modernización de la enseñanza. En este sentido el organismo internacional depositó en la comunicación educativa la posibilidad de transformación cultural y recomendó la educación con, a través de y para los medios. La comunicación educativa se convierte entonces en un campo cultural estratégico, que demanda un cambio en la percepción tradicional de la enseñanza, al tomar en cuenta en sus contenidos curriculares, la cada vez mayor cantidad de mensajes, técnicas y tecnologías de la información como espacios de mediación pedagógica y cultural.
Kan Kalix, autor que corresponde con la pedagogía marxista, define a la comunicación pedagógica como un tipo especial de comunicación profesional -la del profesor con sus alumnos, tanto en el aula como fuera de ella- que tiene lugar en el proceso de enseñanza y educación y posee determinadas funciones pedagógicas. (Ojalvo: 1994: 2).
Leontiev, la define como la comunicación del maestro con los escolares en el proceso de enseñanza, que crea las mejores condiciones para desarrollar la motivación del alumno y el carácter creador de la actividad docente, para formar correctamente la personalidad del alumno (Ojalvo: 1994: 3).
Landivar define la comunicación educativa como el área donde ocurren precisamente los procesos de interacción propios de toda la relación humana, en donde se trasmiten y recrean todos los significados (Ojalvo: 1994: 7).
La comunicación constituye un proceso determinante para el desarrollo de la subjetividad humana, que expresa la interacción entre los sujetos de la actividad y permite la apropiación sociohistórica de todo el desarrollo de la humanidad por cada uno de los seres humanos.
La comunicación pedagógica, como forma especial de comunicación que ocurre en el proceso docente entre el profesor y los alumnos, resulta vital para la educación de los sujetos en dicho proceso.
El proceso de interacción comunicativa en el proceso pedagógica presenta una serie de características que afectan su influencia adecuada en la educación como:
Estilo de dirección autoritario y verticalizado, comunicación pedagógica autoritaria, centrada en la información y escasa facilitación de la interacción y comunicación grupal (1989: 75). “Todos conocemos este tipo de educación vertical y autoritaria. O paternalista (el paternalismo es tan sólo una forma más edulcorada del autoritarismo). Todos lo hemos padecido. Es el que predomina en el sistema educativo formal: en la escuela primaria y secundaria, en la universidad” (Kaplún, 1998: 22).
Como sugerencia fundamental para el mejoramiento de la interacción comunicativa pedagógica, se hace necesaria su democratización a través de estilos de dirección y comunicación más abiertos, flexibles y participativos, que permitan mayor autonomía y responsabilidad personal de los sujetos que intervienen.
En el proceso pedagógico se distinguen variados estilos de comunicación educativa que no siempre se corresponden con la educación de concepción participativa y democrática. Entre estos estilos, los fundamentales pueden resumirse como los estilos democrático, permisivo y autoritario. Pero se mencionan estilos como los llamados consultivo, participativo, benevolente, explotador, directivo, colegiado, pasivo colegiado, liberal, entre otros.
El modelo de interlocución conduce a un modelo de educación que se centra en la persona y, como sostiene Kaplún (1998), “pone énfasis en el proceso”. El principal inspirador de este modelo de comunicación pedagógico es Paulo Freire y lo denomina “educación liberadora o transformadora”.
“En este sentido, la educación liberadora, problematizadora, ya no puede ser el acto de depositar, de narrar, de transferir o de transmitir ‘conocimientos’ y valores a los educandos, meros pacientes, como lo hace la educación bancaria, sino ser un acto cognoscente” (Freire: 1987: 85).
La comunicación educativa: Es un proceso de interacción entre profesores, estudiantes y estos entre sí y de la escuela con la comunidad, que tiene como finalidad crear un clima psicológico favorable, para optimizar el intercambio y recreación de significados que contribuyan al desarrollo de la personalidad de los participantes dice Ojalvo (2000: 3-7).
Las concepciones de lo que es educación y de otros procesos inmersos en ella, como es el proceso de comunicación. La comunicación en la enseñanza es un factor de evidente importancia para lograr cualquier tipo de objetivo educativo. Por ello, resulta de particular importancia conocer la comunicación, ya que se puede considerar que el "proceso de enseñanza-aprendizaje es, en muchos de sus aspectos, una forma especial del proceso de comunicación, que se efectúa entre el profesor y el alumno" (Escudero, 1980:9).
Cuando se habla de transformación de la educación, implica hablar sobre todo de un nuevo rol de maestro, el de "facilitador", que comprende una serie de tareas como el uso de la comunicación, instrumento importante de los procesos de aplicación pedagógica.
El proceso educativo con nuevas características, trae consigo una forma diferente de comunicación y que va más allá de una transmisión de información, formando parte de un proceso de interacción e intercambio entre docente y los estudiantes.
La comunicación entre los estudiantes y docente se enmarca en una comunicación de carácter interpersonal; al no ser el maestro el protagonista más importante del proceso educativo, la comunicación tiende a ser más específica y se da mayormente entre dos personas (en este caso entre el estudiante y el docente).
En este marco, se observa que el docente se convierta en un mediador pedagógico en el momento en que su trabajo no es mecánico, sino que se interesa porque los estudiantes asimilen nuevos conocimientos y está pendiente de las debilidades, fortalezas y necesidades de los alumnos en el proceso educativo. Es por esta razón que mejorar el proceso de educación ligado al de comunicación; propone revisar la capacitación de los maestros.
De ahí la importancia de la comunicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje, en el que interviene la semiótica, con todas las disciplinas que forman su corpus teórico; así tenemos las partes principales del discurso, el diálogo, la comunicación verbal y la comunicación no verbal.
En cuanto al diálogo, se considera que es un acto creador. En este sentido Freyre dijo en alguna ocasión sólo el diálogo, que implica el pensar crítico, es capaz de generarlo. Sin el no hay comunicación y sin esta, no hay verdadera educación. Otra característica del diálogo es que comienza con la buena escucha, que por cierto esta es una parte débil en la enseñanza, debido a que se da en diferentes niveles porque los alumnos escuchan de manera diferente, esto quiere decir, con un nivel critico, otros desde el análisis mientras que otros sólo están en su papel de estudiante bancario, como también dijera Freyre.
La comunicación educativa y el aprendizaje son la columna vertebral, de la “construcción humana”. Semánticamente, el concepto no está bien precisado, la idea predominante proviene de la teoría comunicativa de comienzos del siglo pasado.
Según Óscar Quezada (1996: 179), la comunicación educativa es interacción. En este sentido, reiteramos, es necesario que todo discurso pedagógico, por su naturaleza vital, deba basarse en la pragmática y semántica. Ambos son componentes de la semiótica.
Como se sabe, en la comunicación educativa se utiliza un lenguaje determinado y estructurado que ofrece condiciones que lo diferencian de otros discursos.
Estas condiciones son de carácter motivador, persuasivo, estructurante, adaptativa, consistente, generalizadora, facilitadora y de inteligibilidad. Los elementos que caracterizan al discurso pedagógico y que son indicados por José Luis Castillejo (1986) quien indica que son parte de la competencia profesional de los actantes que participan en el proceso educativo. Es decir, su empleo es habitual al destinador – profesor. Asimismo, el contenido del mensaje estructurado en función de aquellos elementos, es aceptado por el destinatario – alumno, a su vez, éste se actualiza en la práctica social que tiene vigencia en una situación espacio temporal.
La problemática de la comunicación es abordada a partir de conceptualizaciones elaboradas por el lingüista, filósofo y crítico literario ruso, Mijail Bajtín (1982). Cabe señalar que dentro de la educación en ciencias, se utilizan las propuestas bajtinianas que plantean: el principio de dialogía, la noción de voz, la idea de polisemia y la caracterización de géneros discursivos.
Bajtín (1982: 248) amplía la definición cotidiana de diálogo, diciendo que comprende no sólo la comunicación cara a cara, entre dos o más personas, sino también toda comunicación discursiva, del tipo que sea (por ejemplo, cualquier texto escrito constituye, según este criterio, un elemento de la comunicación discursiva y es, por ello, dialógico).
Al seguir a Leander y Brown, (1999: 93) en su definición del principio de dialogía, se puede decir que las prácticas discursivas que se realizan se configuran a través de la interacción constante con los otros. Una afirmación individual responde a pasadas intervenciones de los otros y también anticipa futuras intervenciones, insertándose de esa forma en la cadena de la comunicación. Situación que se registra a diario en el aula.
Bajtín afirma además, la comunicación discursiva jamás puede ser comprendida y explicada fuera de su vínculo con una situación concreta, esto es, con su contexto de enunciación.
La psicología social desde la concepción vygotskiana biológico-natural otorga un papel central al discurso y a la comunicación en la construcción del conocimiento científico y asume el carácter sociocultural de este proceso de construcción (Vygotsky, 1984: 105).
Sin embargo, se sabe que el aprendizaje no se da por medio de copia o memorización de determinados contenido, por el contrario se da, a través de experiencias del individuo. El aprendizaje es el proceso por el cual el comportamiento se modifica producto de la experiencia, no se restringe a la asimilación de contenidos o técnicas, sino también por sentimientos y emociones (Matheus, Moreira, Ohl y Castro: 1996: 34).
Cabe agregar que para que la comunicación educativa sea eficaz, esta ha de reunir ciertas características, tales como:
• Postura abierta en el emisor y en el receptor para lograr un clima de mutuo entendimiento.
• Bidireccionalidad del proceso, para que el flujo de los mensajes pueda circular en ambos sentidos, si bien mayoritariamente lo haga de educador a educando.
• Interacción en el proceso, que suponga la posibilidad de modificación de los mensajes e intenciones según la dinámica establecida.
• Moralidad en la tarea, para rechazar tentaciones de manipulación.
La comunicación educativa ha tomando fuerza desde la década de los ‘60, debido a su identificación como un campo de estudio interdisciplinario que aporta nuevos conocimientos para la explicación de los procesos educativos, superando el esquema clásico al incluir factores socioculturales del contexto en el que se desarrollan dichos procesos educativo-comunicacionales.
El concepto actual de comunicación educativa atribuye al emisor importancia como sujeto de su propia actividad (autoevaluación) y como evaluador de los perceptores (ILCE). Así mismo, reconoce el papel del perceptor como sujeto activo, reflexivo y critico, que también evalúa su propia actividad y posee la capacidad de evaluar al emisor.
La correlación comunicación-educación, en el marco de los procesos que se describen, hace necesario repensar los diversos elementos implicados así como la relación entre cada uno de ellos, de acuerdo con cada situación educativa. Se pueden distinguir diversas acciones insertas en el terreno de la comunicación educativa: la investigación, el diseño, la sistematización, aplicación y evaluación de los factores intervinientes en los procesos de comunicación involucrados en la enseñanza y el aprendizaje, dentro de los sistemas de educación formal y no formal.
Pese a que no existe un acuerdo entre los teóricos para dar una definición consensuada de comunicación educativa, en el ILCE y en particular al interior de la UIME, se entiende a la comunicación educativa como un campo del conocimiento en vías de conformación que, desde los aportes de la teoría de la comunicación y bajo un enfoque interdisciplinario, ayuda a explicar los procesos educativos para, con base en sus principios y procedimientos, proponer opciones que coadyuven a dar solución a las problemáticas educativas y a mejorar dichos procesos en los ámbitos: educativo, comunitario y tecnológico. Para que se dé la comunicación educativa, es necesaria la interacción entre los participantes, que posibilite el intercambio de significados.
Para algunos autores como Sarramona (1988) y Gutiérrez (1974) educar es comunicar y comunicar significa dialogar lo que da lugar a una forma particular de relacionarse, de establecer un intercambio que genera reflexión, crítica y construcción de significados compartidos, a través de una negociación constante entre los participantes. Implica horizontalidad e interacción.
Sobre la comunicación educativa, diremos que la UNESCO dio a conocer este término en 1972, a partir del estudio de Edgar Faure (1972) en el que señala el cambio cultural generado por los medios de comunicación colectiva y los sistemas de información en la modernización de la enseñanza. En este sentido el organismo internacional depositó en la comunicación educativa la posibilidad de transformación cultural y recomendó la educación con, a través de y para los medios. La comunicación educativa se convierte entonces en un campo cultural estratégico, que demanda un cambio en la percepción tradicional de la enseñanza, al tomar en cuenta en sus contenidos curriculares, la cada vez mayor cantidad de mensajes, técnicas y tecnologías de la información como espacios de mediación pedagógica y cultural.
Kan Kalix, autor que corresponde con la pedagogía marxista, define a la comunicación pedagógica como un tipo especial de comunicación profesional -la del profesor con sus alumnos, tanto en el aula como fuera de ella- que tiene lugar en el proceso de enseñanza y educación y posee determinadas funciones pedagógicas. (Ojalvo: 1994: 2).
Leontiev, la define como la comunicación del maestro con los escolares en el proceso de enseñanza, que crea las mejores condiciones para desarrollar la motivación del alumno y el carácter creador de la actividad docente, para formar correctamente la personalidad del alumno (Ojalvo: 1994: 3).
Landivar define la comunicación educativa como el área donde ocurren precisamente los procesos de interacción propios de toda la relación humana, en donde se trasmiten y recrean todos los significados (Ojalvo: 1994: 7).
La comunicación constituye un proceso determinante para el desarrollo de la subjetividad humana, que expresa la interacción entre los sujetos de la actividad y permite la apropiación sociohistórica de todo el desarrollo de la humanidad por cada uno de los seres humanos.
La comunicación pedagógica, como forma especial de comunicación que ocurre en el proceso docente entre el profesor y los alumnos, resulta vital para la educación de los sujetos en dicho proceso.
El proceso de interacción comunicativa en el proceso pedagógica presenta una serie de características que afectan su influencia adecuada en la educación como:
Estilo de dirección autoritario y verticalizado, comunicación pedagógica autoritaria, centrada en la información y escasa facilitación de la interacción y comunicación grupal (1989: 75). “Todos conocemos este tipo de educación vertical y autoritaria. O paternalista (el paternalismo es tan sólo una forma más edulcorada del autoritarismo). Todos lo hemos padecido. Es el que predomina en el sistema educativo formal: en la escuela primaria y secundaria, en la universidad” (Kaplún, 1998: 22).
Como sugerencia fundamental para el mejoramiento de la interacción comunicativa pedagógica, se hace necesaria su democratización a través de estilos de dirección y comunicación más abiertos, flexibles y participativos, que permitan mayor autonomía y responsabilidad personal de los sujetos que intervienen.
En el proceso pedagógico se distinguen variados estilos de comunicación educativa que no siempre se corresponden con la educación de concepción participativa y democrática. Entre estos estilos, los fundamentales pueden resumirse como los estilos democrático, permisivo y autoritario. Pero se mencionan estilos como los llamados consultivo, participativo, benevolente, explotador, directivo, colegiado, pasivo colegiado, liberal, entre otros.
El modelo de interlocución conduce a un modelo de educación que se centra en la persona y, como sostiene Kaplún (1998), “pone énfasis en el proceso”. El principal inspirador de este modelo de comunicación pedagógico es Paulo Freire y lo denomina “educación liberadora o transformadora”.
“En este sentido, la educación liberadora, problematizadora, ya no puede ser el acto de depositar, de narrar, de transferir o de transmitir ‘conocimientos’ y valores a los educandos, meros pacientes, como lo hace la educación bancaria, sino ser un acto cognoscente” (Freire: 1987: 85).
La comunicación educativa: Es un proceso de interacción entre profesores, estudiantes y estos entre sí y de la escuela con la comunidad, que tiene como finalidad crear un clima psicológico favorable, para optimizar el intercambio y recreación de significados que contribuyan al desarrollo de la personalidad de los participantes dice Ojalvo (2000: 3-7).
Las concepciones de lo que es educación y de otros procesos inmersos en ella, como es el proceso de comunicación. La comunicación en la enseñanza es un factor de evidente importancia para lograr cualquier tipo de objetivo educativo. Por ello, resulta de particular importancia conocer la comunicación, ya que se puede considerar que el "proceso de enseñanza-aprendizaje es, en muchos de sus aspectos, una forma especial del proceso de comunicación, que se efectúa entre el profesor y el alumno" (Escudero, 1980:9).
Cuando se habla de transformación de la educación, implica hablar sobre todo de un nuevo rol de maestro, el de "facilitador", que comprende una serie de tareas como el uso de la comunicación, instrumento importante de los procesos de aplicación pedagógica.
El proceso educativo con nuevas características, trae consigo una forma diferente de comunicación y que va más allá de una transmisión de información, formando parte de un proceso de interacción e intercambio entre docente y los estudiantes.
La comunicación entre los estudiantes y docente se enmarca en una comunicación de carácter interpersonal; al no ser el maestro el protagonista más importante del proceso educativo, la comunicación tiende a ser más específica y se da mayormente entre dos personas (en este caso entre el estudiante y el docente).
En este marco, se observa que el docente se convierta en un mediador pedagógico en el momento en que su trabajo no es mecánico, sino que se interesa porque los estudiantes asimilen nuevos conocimientos y está pendiente de las debilidades, fortalezas y necesidades de los alumnos en el proceso educativo. Es por esta razón que mejorar el proceso de educación ligado al de comunicación; propone revisar la capacitación de los maestros.
De ahí la importancia de la comunicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje, en el que interviene la semiótica, con todas las disciplinas que forman su corpus teórico; así tenemos las partes principales del discurso, el diálogo, la comunicación verbal y la comunicación no verbal.
En cuanto al diálogo, se considera que es un acto creador. En este sentido Freyre dijo en alguna ocasión sólo el diálogo, que implica el pensar crítico, es capaz de generarlo. Sin el no hay comunicación y sin esta, no hay verdadera educación. Otra característica del diálogo es que comienza con la buena escucha, que por cierto esta es una parte débil en la enseñanza, debido a que se da en diferentes niveles porque los alumnos escuchan de manera diferente, esto quiere decir, con un nivel critico, otros desde el análisis mientras que otros sólo están en su papel de estudiante bancario, como también dijera Freyre.
La comunicación educativa y el aprendizaje son la columna vertebral, de la “construcción humana”. Semánticamente, el concepto no está bien precisado, la idea predominante proviene de la teoría comunicativa de comienzos del siglo pasado.
Según Óscar Quezada (1996: 179), la comunicación educativa es interacción. En este sentido, reiteramos, es necesario que todo discurso pedagógico, por su naturaleza vital, deba basarse en la pragmática y semántica. Ambos son componentes de la semiótica.
Como se sabe, en la comunicación educativa se utiliza un lenguaje determinado y estructurado que ofrece condiciones que lo diferencian de otros discursos.
Estas condiciones son de carácter motivador, persuasivo, estructurante, adaptativa, consistente, generalizadora, facilitadora y de inteligibilidad. Los elementos que caracterizan al discurso pedagógico y que son indicados por José Luis Castillejo (1986) quien indica que son parte de la competencia profesional de los actantes que participan en el proceso educativo. Es decir, su empleo es habitual al destinador – profesor. Asimismo, el contenido del mensaje estructurado en función de aquellos elementos, es aceptado por el destinatario – alumno, a su vez, éste se actualiza en la práctica social que tiene vigencia en una situación espacio temporal.
La problemática de la comunicación es abordada a partir de conceptualizaciones elaboradas por el lingüista, filósofo y crítico literario ruso, Mijail Bajtín (1982). Cabe señalar que dentro de la educación en ciencias, se utilizan las propuestas bajtinianas que plantean: el principio de dialogía, la noción de voz, la idea de polisemia y la caracterización de géneros discursivos.
Bajtín (1982: 248) amplía la definición cotidiana de diálogo, diciendo que comprende no sólo la comunicación cara a cara, entre dos o más personas, sino también toda comunicación discursiva, del tipo que sea (por ejemplo, cualquier texto escrito constituye, según este criterio, un elemento de la comunicación discursiva y es, por ello, dialógico).
Al seguir a Leander y Brown, (1999: 93) en su definición del principio de dialogía, se puede decir que las prácticas discursivas que se realizan se configuran a través de la interacción constante con los otros. Una afirmación individual responde a pasadas intervenciones de los otros y también anticipa futuras intervenciones, insertándose de esa forma en la cadena de la comunicación. Situación que se registra a diario en el aula.
Bajtín afirma además, la comunicación discursiva jamás puede ser comprendida y explicada fuera de su vínculo con una situación concreta, esto es, con su contexto de enunciación.
La psicología social desde la concepción vygotskiana biológico-natural otorga un papel central al discurso y a la comunicación en la construcción del conocimiento científico y asume el carácter sociocultural de este proceso de construcción (Vygotsky, 1984: 105).
Sin embargo, se sabe que el aprendizaje no se da por medio de copia o memorización de determinados contenido, por el contrario se da, a través de experiencias del individuo. El aprendizaje es el proceso por el cual el comportamiento se modifica producto de la experiencia, no se restringe a la asimilación de contenidos o técnicas, sino también por sentimientos y emociones (Matheus, Moreira, Ohl y Castro: 1996: 34).
Cabe agregar que para que la comunicación educativa sea eficaz, esta ha de reunir ciertas características, tales como:
• Postura abierta en el emisor y en el receptor para lograr un clima de mutuo entendimiento.
• Bidireccionalidad del proceso, para que el flujo de los mensajes pueda circular en ambos sentidos, si bien mayoritariamente lo haga de educador a educando.
• Interacción en el proceso, que suponga la posibilidad de modificación de los mensajes e intenciones según la dinámica establecida.
• Moralidad en la tarea, para rechazar tentaciones de manipulación.
María de Jesús Rojas Espinosa
La comunicación educativa y su aplicación en línea (ENSAYO)
y su aplicación en línea
Norma Isabel Medina Mayagoitia
Universidad Autónoma de Aguascalientes
El presente ensayo tiene el propósito de analizar diversas concepciones de la comunicación educativa que han sido construidas y publicadas por estudiosos de los campos de la comunicación y de la educación, para poner en la mesa de discusión sus comprensiones en torno a este enfoque. Se parte de la distinción entre quienes vinculan la comunicación educativa a la intervención de medios de comunicación y otros autores que presentan una visión más amplia del término, orientada a logros educativos. Considerando rasgos importantes de esta segunda perspectiva, se proponen ideas concretas para aplicar la comunicación educativa en procesos formativos en línea, de tal manera que sea posible alcanzar mejores resultados de aprendizaje.
Palabras clave:
Comunicación educativa, educación en línea, entornos virtuales.
La educación en línea, una modalidad en proceso de consolidación –al menos en países en vías de desarrollo–, necesita fortalecerse con la implementación de enfoques y perspectivas que se encaminen al logro de aprendizajes.
La comunicación educativa es precisamente una de las alternativas para lograr este cometido y sobre la cual se centra el presente ensayo. En el primer apartado, el lector encontrará un análisis de sus distintas concepciones para tener un marco de referencia que permita destacar las características esenciales de este enfoque. Posteriormente, en un segundo apartado, se exponen algunos planteamientos sobre su aplicación, que convendría llevar a cabo en programas que se desarrollan en línea.
Por último, en las conclusiones se apuntan ciertos desafíos que deberá enfrentar el educador que pretenda impartir un curso en línea, bajo las consideraciones de la comunicación educativa.
A través de la revisión de diversos autores, es posible identificar distintas perspectivas alrededor de este campo, enfoque o espacio interdisciplinario en el que convergen principalmente fundamentos teóricos de la comunicación y de la educación.
¿Qué se entiende por comunicación educativa? Sin duda, es un concepto amplio en el que se ha considerado, por supuesto, el vínculo indiscutible entre comunicación y educación, la utilización de medios masivos de comunicación y tecnologías digitales en procesos formativos, la preparación de educadores en la incorporación de recursos mediáticos para la enseñanza y el aprendizaje, incluso la pedagogía de la comunicación y, más recientemente, paradigmas de comunicación para el desarrollo y la transformación de realidades sociales.
En un primer bloque encontramos autores y organismos que sostienen una concepción de la comunicación educativa en la que necesariamente figuran los medios de comunicación, tal es el caso de González Mendoza (2001), para quien este término comprende un uso intencionado de dichos medios –impresos, audiovisuales, informáticos y de telecomunicaciones– en contextos escolarizados y también en ámbitos educativos no formales.
Además del uso de medios en la educación, el autor mencionado considera que la comunicación educativa significa impulsar e investigar la utilización, impacto y efectos de los medios en situaciones educativas de distinta naturaleza, desde las más convencionales o tradicionales hasta las más novedosas.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) concibe que es una disciplina encaminada a la educación no sólo de los medios, sino con, a través, y sobre los medios, de tal forma que permita a los educandos capacitarse en el lenguaje técnico-discursivo de los mismos (Sierra Caballero, 2000).
La definición de este organismo internacional coincide en parte con los planteamientos de la educación para la recepción, que iniciaron desde la década de los ochenta como una forma de protección ante la irreversible penetración de los medios de comunicación, para preparar a las audiencias en la exposición crítica de los mensajes que transmiten.
Enseguida se revisarán las concepciones de comunicación educativa de otros autores, cuya visión se extiende y orienta preferentemente a elementos de orden educativo, restando protagonismo a los medios de comunicación e inclusive dejándolos fuera, perspectiva con la que personalmente estaría más de acuerdo la autora de este texto.
Alonso del Corral (2004) señala, por ejemplo, que la comunicación educativa comprende diversos procesos de interacción humana que "...conllevan una intencionalidad educativa en la producción y/o en la recepción de los mensajes" (p. 141); y aunque surge especialmente en los procesos de aula, se despliega hacia diferentes ámbitos sociales formales y no formales.
Al hacer un análisis de acepciones más recientes, Amayuela Mora (2003) afirma que en definiciones actuales de Comunicación Educativa destacan "…el papel de la interacción y de la elaboración conjunta de significados, el intercambio entre los participantes como característica esencial del proceso docente…" (p. 3).
Fernández González (2000), autora de origen cubano, agrega en su definición de este concepto que es necesario un propósito de desarrollo y una clara intención de lograr el crecimiento personal, cuando menos para uno de los interlocutores que establecen un vínculo de comunicación educativa.
Es importante mencionar que tanto para Alonso como para Fernández, la comunicación educativa no es una característica exclusiva de contextos docentes, sino que se aplica en otros ámbitos donde se proponga directa o indirectamente educar, como puede ser la familia, el trabajo comunitario y por supuesto, los medios masivos de comunicación.
Aunado a lo anterior, dos aspectos por demás interesantes son compartidos por Nieto Olivar (2006), quien ofrece otra perspectiva de la comunicación educativa:
- La acción-relación dialógica como pieza clave de este proceso que posibilita transformaciones individuales y sociales.
- La tendencia a modelos socioconstructivistas que privilegian el aprendizaje autónomo de los sujetos.
Es conveniente hacer notar que esta propuesta de Nieto nos lleva a una concepción más completa de la comunicación educativa, en la que no solamente hay un intercambio de mensajes entre individuos que intentan lograr un aprendizaje, sino que implica también establecer un diálogo significativo entre las partes, promover la responsabilidad por el propio aprendizaje y construirlo en escenarios sociales donde la colaboración es básica, ya que se aprende a partir de la relación con los demás.
De igual manera, es importante considerar concepciones del término más integrales, como la que presenta Sierra Caballero (2000). Para este autor, la comunicación educativa es "…un marco de trabajo que trata la integración del estudio complejo de las relaciones entre información, comunicación, tecnología, educación y cultura" (p. 41).
De manera más específica, agrega que se trata de una perspectiva científica para el estudio tanto teórico-metodológico como práctico de procesos en los que se produce, transmite, procesa y adquiere información para el aprendizaje mediante canales a nivel interpersonal y hasta el nivel masivo.
Todo lo anteriormente expuesto permite señalar que la comunicación educativa no se restringe a la mera asociación de medios tecnológicos y espacios formativos, o a su integración en procesos de enseñanza y aprendizaje de los distintos niveles educativos. Se entiende, por lo tanto, como un proceso que tiene lugar en situaciones diversas con la finalidad de crear un clima favorable que ayude en la optimización de actividades de aprendizaje, así como en las relaciones que se entablan no sólo entre educador y educando, sino entre un colectivo que puede ser o no estudiantil.
En un intento por resaltar los rasgos principales de la comunicación educativa, a partir de las definiciones y consideraciones previas, se mencionan los siguientes:
- Es un proceso en el que intervienen educador y educando(s).
- Contempla al diálogo como elemento central del proceso.
- Se circunscribe en modelos socioconstructivistas del aprendizaje.
- Existe una intención expresa de educar para el desarrollo personal.
- Propicia un clima favorable entre los participantes.
- Busca optimizar actividades de aprendizaje hacia el logro de objetivos programados.
- Apoya la relación entre educadoreducando( s) y entre educandos.
- Promueve el intercambio y el aprendizaje colaborativo entre educandos.
- No intervienen necesariamente medios de comunicación y otros recursos tecnológicos.
Las características de la comunicación educativa enunciadas, así como las concepciones en las que se insertan, constituyen referentes idóneos para lo que se plantea en el siguiente apartado.
Los entornos virtuales de enseñanza y aprendizaje se encuentran en una fase de notoria expansión, de ahí que cada vez más instituciones educativas incluyen en su oferta programas de pregrado y posgrado que se desarrollan parcial o totalmente en línea.
Esta situación demanda una reestructuración en el diseño curricular para adaptarse a la modalidad educativa en cuestión y de manera particular, el aspecto comunicativo requiere especial atención por los motivos que a continuación se especifican:
- La educación en línea exige una interacción constante entre educador y educandos para contrarrestar el posible aislamiento que experimentan algunos de los participantes.
- El logro de aprendizajes significativos se favorece si la comunicación es pertinente, clara, precisa y oportuna.
- La estimulación al diálogo entre la comunidad educativa propicia la construcción de aprendizajes individuales y colectivos.
- La disposición y apertura hacia la comunicación deben hacerse presentes en el educador y en el grupo de educandos.
Estos y otros señalamientos que propone García Aretio (2001) sientan las bases para considerar un enfoque de comunicación educativa que derive en una adecuada conducción de cursos en línea, con el fin de alcanzar sus propósitos formativos.
Si se retoman los rasgos de la comunicación educativa, será conveniente tener en cuenta que la interacción que se promueva en los entornos virtuales se contemple dentro de un modelo co-gestionario o de gestión conjunta del aprendizaje. Esto significa que los educandos sean sujetos autónomos, interesados en lo que aprenden, con capacidad crítica y reflexiva; y los educadores, sean facilitadores del aprendizaje, promotores del diálogo y la discusión, abiertos al aprendizaje que puedan obtener de sus estudiantes.
Precisamente, esta construcción social del aprendizaje necesita del diálogo como elemento central, de tal forma que los emisores y receptores que participan en la comunicación educativa alternen sus papeles para convertirse en emirecs1 (Alonso del Corral, 2004), de ahí la importancia de impulsar la participación a través de espacios de discusión. Aunado a ello, y de acuerdo con Kaplún (2005), "… se llega a la plena posesión de un conocimiento cuando existe la exigencia –y a la vez la oportunidadde comunicarlo a otros" (p. 4).
Lo anterior también requiere un trabajo colaborativo estimulado por el docente en línea, y en este sentido, ya advertía el mismo Kaplún que en la educación a distancia se fortalece la cooperación y el trabajo en equipo, el coaprendizaje, que necesariamente significa propiciar líneas de comunicación no sólo bidireccionales sino multidireccionales.
Por otra parte, un enfoque de comunicación educativa, con las características señaladas en el primer apartado de este ensayo, representa diseñar actividades en línea en las que se definan los procesos comunicativos; es decir, determinar las funciones del educador y educandos, situaciones de aprendizaje y selección de herramientas y recursos disponibles en las plataformas educativas que sean más adecuados para la comunicación. Es evidente que el profesor cuenta con espacios virtuales más favorables al diálogo y al trabajo colaborativo, como son los foros, las salas de chat, los sistemas de mensajería interna, el wiki y los glosarios.
Otros recursos de las plataformas, como las tareas y los diarios, pueden utilizarse para la comunicación bidireccional entre educador-educando, siempre y cuando el profesor retroalimente en esos espacios; sin embargo, las actividades que ahí se realicen serán generalmente individuales y limitadas para la comunicación grupal.
Si, además, ha de crearse un clima favorable para el aprendizaje y las relaciones interpersonales en línea, es importante señalar que la comunicación de los involucrados deberá caracterizarse por el respeto y la tolerancia a ideas contrarias; así como una actitud para aportar al grupo, buscando el desarrollo personal y el de los interlocutores. Es claro que esto que se menciona implica no sólo apertura y disposición, sino que debe haber una formación orientada a la comunicación educativa.
Quienes tienen bajo su responsabilidad la coordinación de cursos en línea, deben aprender a comunicarse en ambientes virtuales, lo que significa, entre otros aspectos, hacer una lectura activa e inteligente de los mensajes y aportaciones que reciben de sus estudiantes, ser competentes en la expresión escrita, retroalimentar constantemente y en síntesis, acompañar comunicativamente a lo largo de un proceso formativo de esta naturaleza.
Es innegable que para educar es necesario hacer uso de la comunicación y, por el contrario, se sabe que no siempre la comunicación educa o busca educar al otro; es por ello que en espacios de enseñanza y aprendizaje donde media la distancia física entre profesor y estudiantes la comunicación educativa es aún más importante.
No basta con desarrollar un curso en línea donde el profesor sólo ofrezca indicaciones, materiales y tal vez acuses de recibo de las tareas elaboradas por los estudiantes, privilegiando una línea unidireccional de la comunicación. Tampoco es suficiente la retroalimentación escueta al trabajo realizado, evidenciando falta de atención y lectura analítica a través de mensajes estandarizados. Se requiere que interactúe con sus educandos, que se interese por su desarrollo, que los motive a la reflexión y a la puesta en común.
Sin duda, aplicar la comunicación educativa en entornos virtuales es un compromiso, una labor no fácil de llevar a cabo debido al tiempo que debe invertirse para atender a cada estudiante y al grupo en su conjunto. No obstante, quienes hemos intentado introducir esta perspectiva en la educación en línea somos conscientes de sus implicaciones, pero también estamos convencidos de sus posibilidades para obtener mejores resultados educativos en esta modalidad que deberá consolidarse como una alternativa de calidad en nuestro país.
Alonso del Corral, A. (2004). Los medios en la comunicación educativa. Una perspectiva sociológica. México: Ed. Limusa / Universidad Pedagógica Nacional.Amayuela Mora, G. (2003). Comunicación educativa en el contexto universitario. Didac, núm. 41, pp. 2-5.Fernández González, A. M. ((2000, julio). Retos y perspectivas de la comunicación educativa en la era de la tecnología de la información y las comunicaciones. Contexto educativo. Revista digital de educación y nuevas tecnologías, núm. 9. Recuperado el 2 de abril de 2010 de
http://contexto-educativo.com.ar/2000/7/nota-04.htmGarcía Aretio, L. (2001). La educación a distancia. De la teoría a la práctica. Barcelona: Ariel Educación.González Mendoza, L. H. (2001). La comunicación educativa en horizontes sociológicos (Col. Los trabajos y los días). México: Universidad Pedagógica Nacional.Kaplún, M. (2005). Del educando oyente al educando hablante. Perspectivas de la comunicación educativa en tiempos de eclipse. Diálogos de la Comunicación, núm. 3. Recuperado el 28 de enero de 2010 de
http://www.dialogosfelafacs.net/dialogos_epoca/pdf/37-02MarioKaplun.pdfNieto Olivar, J. M. (2006, julio). Para intentar encontrarnos: comunicación educativa en la promoción de derechos humanos sexuales y reproductivos con adolescentes. UNIrevista, vol. 1, núm. 3. Recuperado el 5 de junio de 2010 de
http://www.unirevista.unisinos.br/_pdf/UNIrev_Nieto.PDFSierra Caballero, F. (2000). Introducción a la Teoría de la Comunicación Educativa. España: MAD, S.L.
NOTAS AL PIE
1 Término que une las primeras letras de las palabras emisor y receptor para representar a los individuos que desarrollan ambas funciones en un proceso de comunicación.
lunes, 2 de marzo de 2015
Representación gráfica de sistema de talleres de comunicación educativa.
“Este sistema no solo para los profesores de la carrera de comunicación social, sino para todo aquellos que se dedique a la docencia, permite mejorar la preparación en comunicación educativa de para optimizar las actividades deben realizar en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Es un proceso en el que intervienen educador y educando(s).
Contempla al diálogo como elemento central del proceso.
Se circunscribe en modelos socioconstructivistas del aprendizaje.
Existe una intención expresa de educar para el desarrollo personal.
Propicia un clima favorable entre los participantes.
Busca optimizar actividades de aprendizaje hacia el logro de objetivos programados.
Apoya la relación entre educadoreducando( s) y entre educandos.
Promueve el intercambio y el aprendizaje colaborativo entre educandos.
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La comunicación, es la esencia misma de la vida, a todos los niveles, no podemos verla solamente de manera verbal o extra verbal, sino en el proceso de interacción con el medio circundante.
Se afirma que educación y comunicación son procesos inseparables, visto desde la concepción de que no hay hecho educativo sin que no medie una acción comunicativa.
Se afirma que educación y comunicación son procesos inseparables, visto desde la concepción de que no hay hecho educativo sin que no medie una acción comunicativa.
El presenta video muestra las estrategias de comunicación en el proceso educativo.
Rasgos principales de una comunicación educativa:
En el siguientes link encontraras información de gran interés de la comunicación y educación:
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